El Espíritu Santo constantemente busca de guiar a todos los hombres a buscar y a conocer a Dios. Sus esfuerzos son resistidos por el hombre carnal y por el Adversario.
Juan: 14:17
El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
1 de Corintios: 2:14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
El espíritu Santo obra sobre la persona no regenerada desde afuera; ÉL no mora en el inconverso.
La obra básica del Espíritu para con el no regenerado es la de CONVICCIÓN.
Hay un triple aspecto de la obra de convicción de pecado:
1. Descubrir el pecado.
2. Denunciar el pecado.
3. Pronunciar juicio sobre el pecado.
Consecuentemente es solamente por medio del ministerio del Espíritu Santo que el pecador se convierte, y nunca por el mero esfuerzo o argumento humano. Y como divino, el Espíritu Santo obra personalmente en las vidas de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en:
Juan: 16:7-11
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
Jun 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Jun 16:9 De pecado, por cuanto no creen en mí.
Jun 16:10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más.
Jun 16:11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
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