CÓMO TENER UN MINISTERIO DE MÚSICA UNGIDA.
Ese tipo de música y cantos ungidos, dirigidos a Dios en alabanzas y adoración, es muy raro en
He aquí algunas sugerencias para ayudarle a llevar a su congregación de creyentes, hacia un ministerio de música ungida para alabar a Dios.
1. Comience Cada Servicio Con Acción De Gracias Y Alabanzas En Cantos.
"Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza, dadle gracias, bendecid su nombre" (Sal 100:4).
2. Pida Al Espíritu Santo En Oración Que Le Dé Los Cantos Apropiados.
Dios tiene un tema y un mensaje para cada servicio. Muchas veces el canto apropiado fijará el tono para ese tema.
3. No Sienta Temor De Cantar El Canto Más De Una Vez...
O aun una porción concreta que le parezca especialmente bendecida y ungida.
4. Exhorte A
Los himnos a menudo son cantados porque es tradición y costumbre hacerlo. Debemos tener un propósito más digno que ese - el de cantar a Dios con sinceridad - dirigiendo nuestro enfoque hacia el cielo en el canto.
5. Comience Con Cantos De Alabanza Y Acción De Gracias.
Deje que las personas expresen sus alabanzas genuinamente a través de sus cantos. Los cantos no son alabanzas por sí mismos. Son simplemente vehículos por medio de los cuales podemos expresar nuestra adoración. Es altamente posible cantar muchos himnos y cantos sin expresar alguna alabanza sincera.
6. Los Cantos De Alabanza Motivarán A
A menudo comenzamos con alabanzas, y luego la congregación se va moviendo progresivamente a través de varios niveles de la alabanza hasta que llegan a la adoración, que es nivel más elevado del magnificar a Dios.
7. No Se Apresure En
Muchos ministros consideran esta sección del culto como los "preliminares": una necesidad tediosa, pero tradicional. Tome tiempo para cantar, alabar y adorar. Esta es la función más importante de nuestro servicio.
8. Confiera Oportunidad Para
Anime la expresión espontánea. Alguien podría dirigir en oración, lo cual, podría fijar el tono del servicio. Otro podría profetizar, y la exhortación podría suplir el tema para el resto del servicio.
9. Las Manifestaciones Del Espíritu.
(1 Co 12:8-11) Deberán hallar expresión en los cultos de adoración de los creyentes. No apague el Espíritu (1 Ts 5:19). Anime la participación y expresión a través de esos dones espirituales.
Sin embargo, el líder ungido deberá retener la autoridad espiritual sobre el servicio en todo momento.
10. Todas Las Cosas Deben Ser Hechas Para
Toda manifestación de
11. Evite Las Aportaciones Que Generen Confusión.
"Dios no es el autor de confusión..." (1 Co 14:33). Si el servicio comienza a moverse hacia la confusión, tome las riendas y diríjalo fuera de tal confusión.
Si es necesario, haga una pausa y explíquele a la congregación lo que sucede para aclarar la situación. Utilice esas ocasiones para enseñar la manera correcta y la equivocada de hacer las cosas.
12. Deje Que Todo Lo Que Se Haga Sea Hecho Como Para El Señor.
Recuerde que el objetivo de cada servicio es glorificar a Dios y edificar a los creyentes.
13. Utilice Un Libro De Cantos O Un Proyector.
a fin de que la congregación pueda participar. No tema, en un momento determinado, poner a un lado el libro de cantos y adorar con el corazón.
14. Hay ciertas maneras Para
Pero tiene que ejercer mucho cuidado a fin de no llegar a ser demasiado mecánico o formal. Permita una libertad subyacente.
Sea flexible. No insista en aferrarse al programa. Sea constantemente sensible a los impulsos del Espíritu, y esté dispuesto a seguirlos. Dirigir bien los cantos implica mucho más que mover los brazos, aun cuando eso se haga correctamente. La libertad del Espíritu y la espontaneidad, son más importantes que la corrección técnica.
15. Procure Permanecer Oculto.
Para que la congregación: "...no vea al hombre, sino solo a Jesús" (Mt 17:8).
Recuerdo una iglesia, de la cual, fui pastor por muchos años. La primera vez que subí al púlpito vi algunas palabras que estaban grabadas en el mismo.
Estaban de frente a cada persona que subía a la plataforma a predicar o a ministrar. Las palabras decían: "...Señor, quisiéramos ver a Jesús" (Jn 12:21).
Siempre debemos tener esto en mente. La congregación no ha venido para verle, ni escucharle a usted. Han venido para ver y escuchar a Jesús.
Nuestra tarea, con la ayuda del Espíritu, es retirar el velo para que todo ojo pueda ver al Señor y adorarle. Este deberá ser el objetivo primordial de todo siervo de Cristo que dirija un servicio de adoración.


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