DOS FALSAS IDEAS SOBRE
Existen al menos dos equivocaciones comunes que la gente tiende a cometer con respecto a la homilética.
La primera idea equivocada es pensar que la preparación es innecesaria y que indica falta de fe. La gente que acepta este punto de vista, tiende a considerar que la fe auténtica desdeña cualquier intento de preparar la mente y simplemente se coloca delante de la gente, creyendo que Dios proporcionará las palabras que tiene que hablar.
Un texto de
Salmo 81:10 " abre tu boca, y yo la llenaré". ¡El contexto del salmo revela que este versículo no tiene nada que ver con la predicación! Esta tendencia a ignorar el contexto de un pasaje de
Indudablemente existe un lugar para la inspiración pero también lo hay para la preparación válida.
1 Pedro: 3:15
Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y Estad. Siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;
2. "
La segunda equivocación va casi al otro extremo. En este caso, se coloca una confianza completa en la preparación y la habilidad humana. Hay poca o ninguna dependencia en el Espíritu Santo, y existe una auto confianza que es resultado del entrenamiento y de la habilidad natural.
Tal entrenamiento puede producir ciertamente una predicación muy interesante y convincente. Sin embargo, sólo la unción del Espíritu sobre el mensaje puede ministrar la vida de Dios a la audiencia.
La verdad es que un ministerio efectivo necesita tanto los aspectos divinos como los humanos. Dios puede ciertamente bendecir y ungir pensamientos por los que se ha orado diligentemente y que han sido considerados cuidadosamente.
Deje que su preparación sea saturada de una meditación intensa y de oraciones ardientes. Determine ser lo mejor que pueda pero asegúrese de que su confianza esté en Dios y no en usted mismo. Confíe siempre en Él para su unción y bendiciones espirituales en su predicación.


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