¿Cuándo se Rasgó el Velo del Templo –
Antes de Jesús Morir o Después?
Mat. 27:50-51; Mr. 15:37-38; Luc. 23:45-46
¿Lee usted algo ya sea en la narración de Mateo o Lucas que diga que el velo se rasgó “antes” o “después” que Jesús murió (para usar las propias palabras del escéptico)? Concedido, Lucas mencionó el desgarre del velo antes de que registrara que Jesús murió, y Mateo lo mencionó después de registrar Su muerte, pero tampoco hizo alguna declaración directa que indicara exactamente cuándo ocurrió el desgarre.
Simplemente porque un escritor bíblico registró algo antes, o después, de lo escrito por otro no significa que algún escritor esté intentando establecer una descripción de los eventos de manera cronológica. A menos que un escéptico pueda señalar un versículo de ambos escritores que diga que estos eventos ocurrieron en el orden preciso en que están registrados, entonces ningún caso puede ser hecho de estos dos pasajes siendo incompatibles.
Considere por un momento en “hacer una lista” de lo que muchos de nosotros hacemos ya sea diaria o semanalmente. Si alguien ojea su lista y ve donde usted marcó las primeras cuatro cosas, pero las cosas que había marcado no estaban en el mismo orden en que usted las ejecutó, ¿sería usted culpable de mentir (a sí mismo o a un colega)? No. Imagínese también que usted regresa a casa después de un día de trabajo y le dice a sus hijos de algunas cosas que había llevado a cabo en la oficina. Luego, le dije a su esposa las mismas cosas que le dijo a sus hijos, solamente en un orden algo diferente. ¿Tendrían sus hijos algún derecho para llamarlo mentiroso si oyeran por casualidad esta segunda conversación entre usted y su esposa? Claro que no. La única forma en que sus hijos estarían justificados para llamarlo mentiroso es si les hubiera dicho a ambos, a ellos y a su esposa que cada evento que usted les repasó sucedió en el orden preciso en que los mencionó.
La única forma en que un escéptico probaría que Mateo 27:50-51 y Lucas 23:44-46 son contradictorios es si él o ella pudieran establecer que ambos escritores afirmaron estar escribiendo todos estos eventos precisamente en el mismo orden en que ocurrieron. Sin embargo, ya que el crítico no puede probar tal pretendida cronología, es dejado con otra supuesta y no probada “contradicción”. Realmente, usar un poco de sentido común se prueba útil cuando se estudia
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